Cuando se marcharon mis amigos de la Ría como los llamaba Manolo me junte con los que llegaron desde Madrid, Rafael y su padre, con los que ya he compartido también múltiples salidas.
Nos esperaban en el puerto cuando llegamos con nuestra pescata de pargos.
Saludos, abrazos y ¿a qué hora salimos mañana?, temprano para aprovechar que el mar estará bien 6:30H en el puerto, cenamos uno de los pargos copita y a dormir.
6:30H Rumbo al norte de Alegranza, teníamos hora y media de travesía, los nuevos preparaban cañas y yo charlaba con Manolo, nada más llegar en fondos de 150 mts me pico un tiburoncete que aunque subió hasta la superficie logro corta el hilo cuando estábamos a punto de ganchearlo, según el ganchero unos 30 kg más menos, el día empezaba bien.
El resto del día no fue malo pues alternamos entre pargos y urtas o samas roqueras como las llaman por aquí, día tranquilo y divertido.
Al siguiente ya sabíamos que el pronóstico no era nada bueno y decidimos ir a pescar a curricán pues la olas y el viento nos iban a imposibilitar hacer cualquier otro tipo de pesca, sacamos un par de listados y se nos fueron un par de buenas picadas que pensamos que podrían ser petos por la forma de sacar hilode los carretes, volvimos temprano a puerto.
Para ya nuestro último día planeamos ir después de comer sobre la 14H y pescar un poco a jigging tras los pargos y después quedarnos hasta por la noche para ver si sacábamos algún escolar.
Salieron unos cuantos pargos al llegar y al atardecer cambiamos de lugar, dejamos bajar nuestros cebos y dos buenas picadas y dos tiburones abordo, viendo esto Manolo con buen criterio, nos dijo que era mejor buscar otra plataforma pues allí solo sacaríamos tiburones y así lo hicimos.
Nos fuimos a otro fondo entre 150 y 200mts en donde si tuvimos picadas espectaculares pero con el material que utilizábamos era imposible subirlos, lo pasamos en grande aunque no sacamos lo que veníamos buscando.
Esto será una buena excusa para volver.
