miércoles, 26 de octubre de 2011

21-10-2011: REGRESO A LA COSTA (UN SUEÑO CUMPLIDO)

      Comentarios de Miguel Calvo Gaztaaga.
 
  Cuando el Otoño empezaba a teñir de ocres los bosques de nuestra querida tierra,
embarcamos una vez más en un avión rumbo a las afortunadas, a un destino
bien conocido.
 
   La hermana pequeña de Lanzarote sin embargo, nos mostró esta vez su cara más amable,
cambiando a los típicos maretones y fuertes vientos alisios propios de Agosto, por una mar
en calma y un ejercito de peces voladores que amenizo nuestro último tramo a través del rio
hasta nuestro destino.
   Sin perder mucho tiempo, preparamos aparejos y salimos a probar suerte. Inexpertos
todos en el arte del jigging, nos hicieron falta unos minutos de clase magistral de Manolo.
Y parece que aprendí rápido, pues pocos minutos después ya peleaba la que sería la
primera de un gran número de capturas. Un cabracho, no excesivamente grande pero
no estaba mal para el calentamiento.
    Poco después, para la desesperación de mi hermano Javi, anoto mi segunda captura
en esta modalidad, un bonito (pez limón??), que ofreció una pelea muy superior a la que
cabría esperar de un pez de su tamaño.
El resto de la tarde transcurrió entre pequeñas capturas y grandes picadas que no
pudimos, o no supimos subir a bordo.
    Amaneció soleado, el oleaje había subido, y con la marea en ascenso, el norte
de la isla ofrecía grandes rompientes para probar suerte con los vinilos, así que
cuando apenas había salido el sol, y tras un desayuno potente, nos calzamos
nuestros zapatos y emprendimos la marcha en busca de nuevas capturas.
   Estas llegaron con la pleamar, como ya nos había dicho Manolo, un precioso
dentón, minutos después saque mi primer mero.

   Joseba, que había perdido algunas buenas piezas no quiso perder la ocasión de
fotografiarse con ambos trofeos.
   Pero la gran captura quiso esperar al último día, en el que la tempranera pesca
de un mero mediano, quedo eclipsada por el impresionante tamaño del mero
capturado por Fernando padre, que hasta entonces no había tenido picada, un
merecido premio a la constancia, y una gran captura con vinilos desde la costa.
    Gran experiencia que sin duda repetiremos.

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